En 2015, en medio de la crisis de refugiados, con cientos de miles de personas cruzando desesperadamente el Mediterráneo para escapar de la persecución y los conflictos en Siria, Afganistán e Irak, la Unión Europea propuso la creación de un programa para promover el talento y el desarrollo económico en los países de la cuenca sur del Mediterráneo. En un movimiento sin precedentes, se lanzó un programa innovador de diplomacia científica, Prima, destinado a financiar proyectos de investigación e innovación relacionados con el agua y la agricultura sostenible, con un requisito crucial: que estuvieran impulsados, como mínimo, por un país de la cuenca norte y dos de la cuenca sur del Mediterráneo. La sede del programa, disputada por Roma, se estableció en Barcelona en 2018. Inicialmente estaba planeada por siete años, pero la ciudad catalana acaba de renovar su estatus como sede hasta 2034.
En las oficinas de Prima, ubicadas en el edificio Nexus en el Parc UPC, trabaja un equipo de 15 científicos y personal administrativo de diversos países, como Argelia, Túnez, Egipto, Jordania, Francia, Malta, España e Italia. Ellos redactan las convocatorias (dotadas con 70 millones de euros anuales), evalúan los proyectos presentados, los seleccionan y les hacen seguimiento. Desde 2018, cuando se lanzó la primera convocatoria, se han financiado con 352 millones de euros 230 proyectos en los que han participado 2.310 grupos de investigación de universidades de 19 países mediterráneos.
Desde su lanzamiento, el programa tiene un doble objetivo. Por un lado, fomentar la colaboración en investigación entre los países mediterráneos y, por otro, innovar y proponer soluciones en temas tan importantes como la disponibilidad de agua, la agricultura sostenible y la producción de alimentos en una región, el Mediterráneo, que enfrenta los impactos del cambio climático, la urbanización rápida y el crecimiento poblacional.
«La región mediterránea es estratégica en muchos sentidos. Los problemas derivados del cambio climático impactan primero aquí y luego en el norte; y los problemas son similares en toda la cuenca; por ejemplo, la contaminación del mar o la sobrepesca, y un país solo no puede resolverlos», sostiene el director de Prima, Octavi Quintana Trías.
La singularidad del programa radica precisamente en su composición: once países miembros de la UE (Croacia, Chipre, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Luxemburgo, Malta, Portugal, Eslovenia y España) y otros ocho (Israel, Túnez, Turquía, Argelia, Egipto, Jordania, Líbano y Marruecos). Solo faltarían, para completar el arco mediterráneo, Albania, Serbia, Montenegro, Siria, Libia y Palestina.
to save your favourite homes and more
Ingrese su dirección de correo electrónico y le enviaremos un enlace para cambiar su contraseña.